Descripción
Cuando ocurre algo triste, Taylor no sabe a quién acudir. Todos los animales están seguros de tener la respuesta. La gallina quiere hablarlo, pero Taylor no tiene ganas. El oso cree que Taylor debería enfadarse, pero eso tampoco es del todo correcto. Uno a uno, los animales intentan decirle a Taylor cómo debe actuar, y uno a uno fracasan a la hora de ofrecerle consuelo. Entonces llega el conejo. Lo único que hace el conejo es escuchar… que es justo lo que Taylor necesitaba.
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